Beatriz López nos cuenta su Rally de A Coruña
Pocos días después de haber disputado mi primer rally en el campeonato gallego, el balance que puedo hacer es el de un sueño hecho realidad. La experiencia que he vivido en el Rallye de A Coruña ha sido inolvidable, gracias al esfuerzo y al compañerismo de la Escudería One Seven, al trabajo desinteresado de los voluntarios, al seguimiento de los medios de comunicación, a la profesionalidad de la asistencia de Talleres Lista, a la generosidad de Miguel Vilas (propietario del vehículo con el que tuve la suerte de competir), a la ayuda de Marcos Canedo, a la colaboración de Fernando López (mi copiloto) y a todos los amigos que me ayudaron, estuvieron a mi lado y colaboraron para lograr esta meta. No puedo más que agradecerles enormemente a todos el haber hecho posible que este sueño se haya hecho realidad.
Todo comenzó una semana antes de la disputa del rally, con la jornada de reconocimientos. Fue la primera vez que hacía entrenamientos para un rally, con lo que fue bastante duro mantener la concentración y reconocer los tramos de la forma más adecuada. Durante los reconocimientos los tramos se encontraban muy sucios, debido al temporal que había azotado Galicia unos días atrás.
Los tramos me parecían muy bonitos, pero las suciedades que había en ellos a causa de la climatología los habían hecho mucho más complicados de lo normal. Los tramos tenían un poco de todo, había zonas lentas y zonas rápidas, es decir, para todos los gustos. La variedad presente en el rutómetro del rally me gustaba mucho y me hizo esperar con ansias el inicio de la prueba.
Llegamos entonces al fin de semana del rally. El viernes por la tarde-noche se llevó a cabo la ceremonia de salida. Fue un momento espectacular, en la Plaza de María Pita, con un gran pasillo humano haciendo el recorrido hasta la salida del arco de la plaza. Las sensaciones que viví en aquel momento son indescriptibles, pero presagiaban que el ambiente que nos esperaría al día siguiente, en los tramos cronometrados, sería igualmente memorable.
El sábado por la mañana comenzamos el rally, un rally que disponía de 4 tramos a doble pasada. Antes de comenzar el primer tramo estaba muy contenta por tener la oportunidad de disfrutar de este rallye, aunque, al mismo tiempo, también estaba muy nerviosa al ser mi primer rally sobre asfalto y no conocer el coche. El único planteamiento era intentar finalizar el rallye y debido a la inexperiencia ya sabía que tendría un ritmo muy lento y tendría que adaptarme al vehículo. Empecé el primer tramo, el de Coirós, con muchos más nervios todavía, pero intentando mantener un ritmo adecuado. Sin embargo, ya en esta primera pasada sufrí algunos percances en forma de trompos y alguna pequeña salida de pista.
Para el segundo tramo cronometrado, el de Aranga, que era un poco más largo que el anterior, decidí bajar el ritmo para adaptarme al vehículo y no tener más sustos. En este tramo me encontré algo más cómoda que en el primero, aunque al disponer de un dorsal de salida tan elevado y que pasasen por los tramos 80 coches antes que el mío, nos encontrábamos con los tramos todavía mucho más sucios de lo que ya estaban en los reconocimientos. Sabía que todo esto empeoraría todavía más en las segundas pasadas, pero esto no me quitaba para nada la ilusión de seguir disfrutando de un rally en el que había gente en cada curva, apoyando del primer al último piloto.
Finalizada la primera sección, nos encontrábamos con el coche intacto y con muchas ganas de intentar mejorar los cronos en las segundas pasadas. En la segunda pasada por el tramo de Coirós logré rebajar 12 segundos el crono de la primera pasada, aunque el tramo estaba en peores condiciones. Como en la primera pasada por Aranga me había encontrado muy cómoda, intenté aumentar un poco el ritmo. El resultado de este tramo no sería para nada el esperado, ya que en él sufrí la peor salida de todo el rally, llegando a golpear ligeramente mi vehículo. Era una derecha muy rápida con gravilla, que estaba mucho más sucia que en la pasada anterior, el coche sobreviró en exceso y acabé golpeando la defensa delantera contra un pequeño muro.
Con la segunda sección ya disputada, nos dirigimos al descanso del mediodía. Por la tarde nos encontraríamos con 2 nuevos tramos. El primero, el de Arteixo, era el más largo del rally y el segundo, el de Cerceda, el más corto de todos. Que los tramos fuesen inferiores a 10 Km me permitieron mantener la concentración en todo momento. Comprobamos que el vehículo estaba en perfectas condiciones, que el toque del último tramo no había sido nada grave y nos dispusimos a continuar el rally.
Inicié el tramo de Arteixo deseando que en lo que restaba de rally no tuviésemos ningún nuevo susto. Este tramo, al igual que los anteriores, estaba también complicado, aunque asimismo sería el tramo del rally más rápido y en el que me encontraría más cómoda, gracias a algunos pequeños ajustes que realizamos en los reglajes del coche. Por suerte no tuve ninguna incidencia y pude estar en la meta sin problemas. Tenía mucha ilusión por poder disputar el tramo de Cerceda de día, pero por desgracia no pude disfrutar de él, ya que la organización del rally se vio obligada a anularlo debido a la mala colocación del público.
Sabía que en este momento había finalizado, tal vez, la mejor parte del rally para mí, ya que sólo restaban por disputarse la segunda pasada por Arteixo y la segunda (primera en realidad) por Cerceda, pero estos tramos serían nocturnos y no disponíamos de parrilla de faros en nuestro coche. Estos inconvenientes no hacían merma en mis ilusiones por seguir disfrutando del rally y poder estar en la llegada en A Coruña.
Nos tomamos estos 2 últimos tramos con mucha mucha calma, rodando muy cómodos, sin arriesgar lo más mínimo y tratando de evitar cualquier tipo de problema que nos obligase a decir adiós al rally. Por suerte, tanto el tramo de Arteixo, como el de Cerceda discurrieron sin contratiempos, pudiendo disfrutar de la emoción de terminar el rally y volver a la Plaza de María Pita.
A pesar de las dificultades, de la inexperiencia y de todos los esfuerzos que me supusieron debutar en mi primer rally, un rally además muy complicado y con un coche nuevo para mí, ha resultado ser una experiencia muy positiva, por todo lo vivido y por todos los valores que tiene este deporte y que han estado presentes en este rally, como el compañerismo entre equipos, la gran cantidad de personas que ofrecen su ayuda de forma totalmente desinteresada y la gran labor realizada por el personal de la organización que consiguieron llevar a cabo este rally.
Beatriz López